La máquina «Watson» consiguió batir a los dos mejores concursantes del programa de preguntas «Jeopardy!»
Esta vez ha demostrado todo su poderío. Y ha sido imbatible. El superordenador de IBM llamado «Watson» ha dejado a la inteligencia humana por los suelos. La máquina se enfrentó la pasada noche por segunda vez a dos sabios del concurso de televisión «Jeopardy!», un popular programa que emite la cadena norteamericana CBS, y no les dio la más mínima oportunidad. En su primer encuentro, ocurrido el lunes, «Watson» y sus dos contrincantes quedaron en tablas, pero esta vez la situación ha cambiado. Gana la máquina. Fue más inteligente.
«Watson» demostró que es capaz de realizar razonamientos muy complejos y descubrir la pregunta que se esconde tras indicios vagos, lo que es la base del concurso. Su habilidad, que depende de unos maravillosos algoritmos, supone una enorme cultura general. Su voz sintética consiguió poner de los nervios a sus contrincantes humanos, Ken Jennings y Brad Rutter, los «cerebros» del concurso. Jennings había obtenido 74 victorias seguidas en el programa y su compañero atesora las mayores ganancias históricas, pero los poderes de «Watson» son 2.880 núcleos de procesador a 80 teraflops y 15 TB de RAM bajo el sistema operativo Linux.
La máquina demostró un impresionante conocimiento de la cultura pop, historia, medicina y arte. Reconoció la narcolepsia, un personaje del programa «Satuday Night Live», la segunda ciudad más grande de Nueva Zelanda, el fundador del Trinity College de Cambridge, los nombres de obras de arte robadas o algunos tipos de enfermedades... Sin embargo, no fue capaz de identificar el retrato de Felipe II.
«Watson» ha terminado el segundo asalto con 35.734 dólares, mientras que Rutter ha ganado 10.400 y Jennings, 4.800. Todavía queda el asalto definitivo. En el tercer programa se dirimirá si un ordenador puede con el ser humano.
«Watson» es la última máquina de IBM para desafiar a la humanidad. En 1997, un equipo de la misma compañía, «Deep Blue», venció al campeón mundial de ajedrez Garry Kasparov. Pero el reto de «Jeopardy!» es aún más difícil, porque no es suficiente con calcular. Hay que entender el lenguaje y los juegos de palabras.